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En las escuelas de pedagogía waldorf se viven conscientemente las estaciones del año y las fiestas del calendario, como eventos que marcan el ritmo de la naturaleza en conexión con nuestro propio ritmo.

El tiempo de Navidad es esa etapa especial en la que se celebra el nacimiento del Niño, a la vez que las semillas en la tierra comienzan a germinar.
Son los días más cortos del año y sin embargo los más luminosos. Los seres humanos estamos en esos días más unidos al mundo espiritual, nuestra alma está más viva que en cualquier otro momento del año; sentimos un gran movimiento en nuestro interior.

Es muy importante acompañar estas fiestas con escenas que representan estas vivencias internas, tanto en nuestro hogar como en nuestro lugar de trabajo.
No sólo es algo para los niños, también los adultos necesitamos reconocer imágenes verdaderas que expresan nuestro sentir profundo, que es a la vez un sentir universal y conectado con la tierra.

Estas figuras que representan a la virgen María, San José y el Niño, están hechas a mano con lana cardada.
Con la técnica de fieltrado con aguja, he dado forma a la lana natural color hueso para crear las figuras humanas, y después la he cubierto con colores neutros, también naturales, resultando una escena con cierto estilo minimalista, sin estridencias de colores.
Los brazos no llevan ningún alambre para poder articularlos. Es todo lana.
Aunque es una técnica que procede del entorno waldorf, he dado mi toque personal utilizando una paleta de colores naturales, sin tintes, que resaltan la calidad y la belleza de la lana.
Introducir estos elementos cuidados y bien hechos en nuestro entorno cotidiano nos ayuda a vivir más plenamente cada momento del año, y nos vincula profundamente con la tierra.